“La segunda vez” es un cuento publicado
dentro de la selección de cuento “Alguien que anda por ahí” en 1977 en México.
El libro fue censurado en Argentina por el régimen aunque Cortázar lo ha
escrito dos años antes de que las injusticias, torturas y desapariciones se
convirtieron en una parte constante de la vida cotidiana argentina. Tanto en
Francia como en América Latina se publicará inicialmente el texto en la prensa
política.
El cuento narra, en una sopa de narradores,
la historia de María Elena, quien ha recibido una convocatoria para irse a un
trámite en un ministerio público. El cuento empieza con un narrador de
“nosotros” que representa el sistema de la burocracia y quien habla sobre los
esperados al trámite quien no saben que son esperados. Suavemente, el narrador
se cambia a una tercera persona omnisciente que se identifica con el personaje
principal: María Elena. Es un cuento redondo ya que la narración empieza y
termina con el mismo narrador con unos cambios a lo largo del cuento.
Durante su esperanza para su torno, en la
sala de espera sofocante y llena de fumo, María habla con los otros convocados.
Conoce a Carlos quien explica que es su segunda convocatoria en tres días.
María entra la habitación después de Carlos quien no ha salido. Esa
desaparición de Carlos es lo que estimula las siguientes acciones. María Elena
empieza a pensar a donde ha ido Carlos como la habitación tiene una sola
puerta. La narración identifica a los personajes por sus nombres sólo a María
Elena y Carlos mientras que el resto son ciudadanos anónimos en la sala de
espera: el señor calvo, la señora anciana, el hombre del pelo colorado, el
muchacho de la corbata verde.
El cuento tiene dos niveles de lectura (si no
más): el nivel literario y el nivel político. Aunque el nivel político es
discutido por muchos ya que el cuento fue prohibido por el régimen argentino en
su primera publicación, sin embargo, cabe mencionar que lo político no hace al
cuento a perder su sentido literario y que ese nivel no lleva alusiones dentro
del cuento. El cuento puede leerse perfectamente sin tocar este lado político.
En ése caso, la historia reflejará la realidad dura y la desaparición de Carlos
se transformará a ser el hecho fantástico único en el relato. Con un ambiente
de inquietud, esperanza aburrida y descomprensión, el cuento nos traslada una
sensación clandestina y oscura pero real.
En otras palabras, la dimensión fantástica en
el cuento puede leerse de dos perspectivas: si lo miramos dentro del cuento, la
desaparición de Carlos es un hecho fantástico, ya que no hay explicación dentro
del cuento por el que se entiende esa desaparición; pero por otro lado, y de otra
perspectiva fuera del texto, si ponemos el cuento en el contexto político, su
desaparición deja de ser un hecho fantástico y empieza a identificarse como
hecho político que refiere a las desapariciones en Argentina en la época de setentas.
La descripción de la oficina es bastante
clara y precisa:
“Dejó de escribir y echó una mirada
alrededor, las otras mesas con los empleados trabajando o hablando entre ellos,
las paredes sucias con carteles y fotos, las dos ventanas, la puerta por donde
había entrado, la única puerta de la oficina.”
Por eso, la desaparición de Carlos no es
aceptado según la geometría dada del lugar. La explicación que hace María al
final, de que hay otra puerta, no puede considerarse válida porque es una
adivinanza del personaje que no es apoyada por evidencias dentro del cuento.
El hecho de que Carlos es el único quien ha
dicho que esa fue su “segunda vez”, y luego desparece con esta manera
inexplicable pone una sensación de inquietud sobre el personaje de María Elena,
pero es una inquietud no expresada. María va a tener otro trámite, por segunda
vez, en tres días como Carlos. Pero ella no explica su desaparición como un
hecho que le molesta, sino solo que le preocupe. Al final, cuando tiene su
segunda convocatoria, ella espera a saber por dónde ha salido Carlos. Así, el
acontecimiento no es introducido como provocador de angustia sino de
curiosidad: ¿cómo puede desaparecer alguien sin dejar huella?
Pero al dar al cuento la interpretación
política, la desaparición de Carlos en esta manera inexplicable lleva
connotaciones con la inseguridad hacia los desparecidos en Argentina: ¿Dónde
están? ¿Cómo desparecieron? ¿Cuándo?
La lectura fantástica del cuento nos pone
ante un acontecimiento extraño e inquieto. El cuento según esta lectura va a
tener dos realidades: una dura, agobiante y silenciosa; y otra fantástica. Pero
siquiera la realidad dura tiene sus elementos que la asociarán con extrañeza.
El espacio donde ocurre la historia es pesado y parece como
una escena de una pesadilla. Hay siempre una confrontación entre lo dentro y lo
fuera mientras que el pasillo es el la única conexión. La convocatoria, que es un papel
amarilla con un sello verde, refleja una sensación de odio hacia la burocracia
sofocante. El silencio mortal durante el trámite, la falta de comunicación y la
vergüenza que da sus sombras sobre toda la acción son todos representantes
significativos de la inquietud fantástica del relato.
El humo en el pasillo pequeño representa una
niebla que dificulta ver la verdad de las cosas. Todos fuman, y el hecho de
fumar es relacionado con la espera y con el aburrimiento. Pero el olor del humo
y su efecto en crear una escena lúgubre kafkiana donde una niebla cubre la
verdad. Clandestinidad y oscuridad. El humo da sobre todo una sensación de falta
de visibilidad.
Otro elemento soportante de la lectura
fantástica es el lenguaje y el estilo del cuento. Pues la mezcla de narradores y el estilo
indirecto hacen a la narración a ser libre. La acción no puede describirse como
escasa aunque las reflexiones tienen más peso. Esas reflexiones personales de
los personajes narradas a veces en tercera persona singular y otras en primera
persona plural, pero nunca en primera persona singular, añaden a la extrañeza y
lejanía del cuento.
Para concluir propongo esa pregunta: ¿Es
considerable una sola lectura del cuento; o fantástica o política? Pues en mi
opinión personal, creo que lo que hace a una pieza literaria a ser problemática
su interpretación después de casi 40 años de publicarlo es lo que distingue a las
obras de Cortázar: a ser fácil de leer, difícil de comprender.
2015
Bibliografía consultada (última fecha de consulta:
15/5/2015
* Hofmann La Torre , Gabriela y Hudde,
Hinrich, El destino de los desaparecidos y lo kafkiano: La narración de
Cortázar, Segunda vez y su repercusión en lectores alemanes.
Disponible aquí:
* Bernard Terramorsi, Acotaciones
sobre lo fantástico y lo político: a propósito de “Segunda vez” de Julio
Cortázar.
Disponible aquí:
* Twardy, Maria E., Alguien que
anda por ahí: Julio Cortázar, literatura y exilio.
Disponible aquí:
Jaime Alazraki, Hacia Cortázar:
aproximaciones a su obra
Disponible aquí: