El hada que no salvó al hombre muerto
A la primera lectura, los dos cuentos parecen muy
distintos. “El palacio del sol” pertenece a un ambiente fantástico; es un cuento
de hadas que contiene elementos mágicos. “El hombre muerto”, por su parte,
es chocante con su realidad brutal, tiene lugar en un único lugar, el jardín
del hombre y no contiene ningún elemento mágico. Asimismo, el lenguaje de los
dos cuentos disfruta de diferencias obvias. El lenguaje poético y romántico de
Darío contrasta enteramente con el grotesco y traumático de Quiroga. Otra
representación de la diferencia del lenguaje es el uso abundante por Darío de
la adjetivación y de las frases largas; mientras que Quiroga se ve minimalista
en este aspecto con redacción natural y llana.
A pesar de ello, los dos modernistas, autores de estos
dos cuentos, tienen en el fondo más similitudes que diferencias. Primero,
Quiroga, influenciado por Darío, tiene en sus cuentos la misma negación de la
realidad y la búsqueda de otras realidades. Darío lo encuentra en las
realidades mágicas, pero Quiroga lo encuentra en la muerte. En los ambos
cuentos la realidad se representa como enemiga de los protagonistas donde
sufren. La niña está rodeada por gente que no la puede ayudar para tratar bien
con su crisis de adolescencia y le dan el tratamiento incorrecto. La naturaleza
en la obra de Quiroga es la causa del desastre y no ha ofrecido remedios. Por
eso, en ambos cuentos se niega esta realidad. No obstante, esta negación se
representa en manera diferente. En el mundo agudo de Quiroga, no
se niega la realidad por el hombre muriendo en el terreno de su jardín. La
realidad en el mundo fantástico de Darío se niega vía el refugio hasta otras
realidades que en este caso es el palacio del sol. En ambos cuentos, los
protagonistas niegan una realidad, pero los límites de esta negación son
variados. El protagonista muriendo en la obra de Quiroga busca en lo que le
rodea para asegurar a él mismo que nada ha cambiado. En este sentido, fija en
elementos de la naturaleza como “el sol de fuego, el aire caldeado, el bananal,
... etc.” asimismo a componentes de su vida rutina como su familia, s cabello,
los jóvenes, ... etc. El palacio del sol en la obra de Darío otorga una
solución a un problema real mediante un elemento fantástico ya que “un
minuto en el palacio del sol deja en los cuerpos y en las almas años de fuego”;
sin embargo, los elementos a los que recurre el hombre muerto en la obra de
Quiroga no son en verdad permanentes en su estado, sino que van a cambiar
pronto. El sol se atardecerá, los árboles cambiarán, el aire cambiará, ... etc.
Entonces se puede decir que Darío y Quiroga niegan la realidad sin tener
soluciones efectivas para cambiarla, pero el primero utiliza la magia y el
segundo utiliza la ilusión.
Otro elemento que tienen los cuentos en común es la poca
acción. La acción deja lugar a la descripción detallada de la escena. “El
palacio del sol” es un poema más que un cuento. Y es, incluso, una serie de
cuadros más que un poema. Al leer el cuento, se visualiza todo el escenario
como si fuera El cuento se puede dividirse en cuatro escenas principales:
1.
La niña triste y pálida. Su madre rodeada con
un ejército de médicos llevando en sus manos copas de medicina. La niña es pequeña,
guapa y enferma en su cama. Su madre está al lado, ocupada y llevando en los
manos muñecas a las que la niña no va atención.
2.
El jardín brillante. La luz del sol cubre la
escena. Árboles y flores. La niña estada al lado del fauno gloriosos y
misterioso. El hada en la copa de la flor con su coche de oro.
3.
El palacio del sol:
4.
La niña cuando volvió del palacio: llena de
vida. Mejillas rosadas. Ojos brillantes
En lo referido a la obra de Quiroga, se puede describirla
como un solo grito. El cuento tiene una única escena. Tenemos alusiones a otras
escenas como a los jóvenes pasando o el caballo en su y la familia en la casa,
pero todos pueden representar elementos pintados al margen de la escena
principal: un hombre tendido con un machete penetrando su vientre.
Por otro lado, se da mayor importancia en los dos cuentos
a la escena en su forma estática. Darío dedica la mayoría del cuerpo del
cuento a la descripción de la escena. Las escenas en los ambos cuentos no gozan
de mucho movimiento; salvo la escena del palacio del sol que ofrece mucho
movimiento en comparación para diferenciarlo del otro mundo. En ambos cuentos,
esta estática y carencia de acción viene a favor de la descripción y de la
“imagen”. Para Quiroga, la imagen en la que se debe poner toda la concentración
es de un hombre quien está a punto de morir. El autor utiliza todas sus armas
para trasladar al lector la sensación, la agitación de los últimos minutos en
su vida. Todo lo exterior de esta escena se disminuye a favor del sufrimiento
de este muerto. Y lo que Darío busca en la belleza, Quiroga lo expresa en
brutalidad.
Esta estática que hace a los dos cuentos ser cuadros
expresivos está apoyada por elementos gráficos para ayudar en pintar una imagen
completa de la escena. Se nota en la obra de Darío el uso frecuente de
adjetivos cualitativos que pintan el cuadro completo de la niña como “anémica,
ojos de color de aceituna, rama de durazno en flor, luminosa, ojeras, melancólica,
lánguida, seno henchido, … etc.”. En la obra de Quiroga es lo mismo con la descripción
completa del estado del hombre muerto: tendido en la gramilla, acostado por el
lado derecho, boca cerrada, rodillas dobladas, mano izquierda sobre el pecho,
húmeda del sudor, machete dentro de su vientre, … etc.
Asimismo, se mencionan casi todos los colores de los
objetos del cuento de Darío. Por eso, encontramos muchos colores como púrpura,
azul, lirio, oro y castaño. En la obra de Quiroga no se mencionan mucho los
colores porque no es necesario ya que se saben. La gramilla y los árboles son verdes,
el machete es negro, el cielo es azul y la sangre es roja.
En la obra de Darío también se menciona muchos objetos
que componen la escena y su estado. No se deja que el lector imagine lo que se
encuentra en la escena; lo que se nota en expresiones como: átomos del sol como
un enjambre de oro, zócalo de un fauno, cáliz de una flor, cincelado, húmedos
de rocío, mármol, lirio, carro áureo, hilos diadema, perlas, varita de plata,
gradas de jardín, sederías, parejas, avecitas, esbeltos, … etc. En la obra de
Quiroga se hace lo mismo; lo que notamos en palabras como: machete, chircas y
malvas silvestres, arbustos, alambre, suelo, … etc.
En los dos cuentos el momento es más importante que el tránsito de la acción. La captura de un momento es un
aspecto fotográfico. Y lo que da a la fotografía y a la pintura su distinción
de otras artes es esta fijación en el momento. El momento es importante por su
belleza instante y por su correlación con la realidad; un componente
distinguido en la obra modernista.
Octubre 2017
Octubre 2017
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