Saturday, October 14, 2017

Análisis de los componentes pictóricos en “El hombre muerto” de Quiroga vs. “El Palacio del sol” de Darío


El hada que no salvó al hombre muerto


A la primera lectura, los dos cuentos parecen muy distintos. “El palacio del sol” pertenece a un ambiente fantástico; es un cuento de hadas que contiene elementos mágicos. “El hombre muerto”, por su parte, es chocante con su realidad brutal, tiene lugar en un único lugar, el jardín del hombre y no contiene ningún elemento mágico. Asimismo, el lenguaje de los dos cuentos disfruta de diferencias obvias. El lenguaje poético y romántico de Darío contrasta enteramente con el grotesco y traumático de Quiroga. Otra representación de la diferencia del lenguaje es el uso abundante por Darío de la adjetivación y de las frases largas; mientras que Quiroga se ve minimalista en este aspecto con redacción natural y llana.

A pesar de ello, los dos modernistas, autores de estos dos cuentos, tienen en el fondo más similitudes que diferencias. Primero, Quiroga, influenciado por Darío, tiene en sus cuentos la misma negación de la realidad y la búsqueda de otras realidades. Darío lo encuentra en las realidades mágicas, pero Quiroga lo encuentra en la muerte. En los ambos cuentos la realidad se representa como enemiga de los protagonistas donde sufren. La niña está rodeada por gente que no la puede ayudar para tratar bien con su crisis de adolescencia y le dan el tratamiento incorrecto. La naturaleza en la obra de Quiroga es la causa del desastre y no ha ofrecido remedios. Por eso, en ambos cuentos se niega esta realidad. No obstante, esta negación se representa en manera diferente. En el mundo agudo de Quiroga, no se niega la realidad por el hombre muriendo en el terreno de su jardín. La realidad en el mundo fantástico de Darío se niega vía el refugio hasta otras realidades que en este caso es el palacio del sol. En ambos cuentos, los protagonistas niegan una realidad, pero los límites de esta negación son variados. El protagonista muriendo en la obra de Quiroga busca en lo que le rodea para asegurar a él mismo que nada ha cambiado. En este sentido, fija en elementos de la naturaleza como “el sol de fuego, el aire caldeado, el bananal, ... etc.” asimismo a componentes de su vida rutina como su familia, s cabello, los jóvenes, ... etc. El palacio del sol en la obra de Darío otorga una solución a un problema real mediante un elemento fantástico ya que “un minuto en el palacio del sol deja en los cuerpos y en las almas años de fuego”; sin embargo, los elementos a los que recurre el hombre muerto en la obra de Quiroga no son en verdad permanentes en su estado, sino que van a cambiar pronto. El sol se atardecerá, los árboles cambiarán, el aire cambiará, ... etc. Entonces se puede decir que Darío y Quiroga niegan la realidad sin tener soluciones efectivas para cambiarla, pero el primero utiliza la magia y el segundo utiliza la ilusión.

Otro elemento que tienen los cuentos en común es la poca acción. La acción deja lugar a la descripción detallada de la escena. “El palacio del sol” es un poema más que un cuento. Y es, incluso, una serie de cuadros más que un poema. Al leer el cuento, se visualiza todo el escenario como si fuera El cuento se puede dividirse en cuatro escenas principales:

1.      La niña triste y pálida. Su madre rodeada con un ejército de médicos llevando en sus manos copas de medicina. La niña es pequeña, guapa y enferma en su cama. Su madre está al lado, ocupada y llevando en los manos muñecas a las que la niña no va atención.

2.      El jardín brillante. La luz del sol cubre la escena. Árboles y flores. La niña estada al lado del fauno gloriosos y misterioso. El hada en la copa de la flor con su coche de oro.

3.      El palacio del sol:

4.      La niña cuando volvió del palacio: llena de vida. Mejillas rosadas. Ojos brillantes

En lo referido a la obra de Quiroga, se puede describirla como un solo grito. El cuento tiene una única escena. Tenemos alusiones a otras escenas como a los jóvenes pasando o el caballo en su y la familia en la casa, pero todos pueden representar elementos pintados al margen de la escena principal: un hombre tendido con un machete penetrando su vientre.

Por otro lado, se da mayor importancia en los dos cuentos a la escena en su forma estática. Darío dedica la mayoría del cuerpo del cuento a la descripción de la escena. Las escenas en los ambos cuentos no gozan de mucho movimiento; salvo la escena del palacio del sol que ofrece mucho movimiento en comparación para diferenciarlo del otro mundo. En ambos cuentos, esta estática y carencia de acción viene a favor de la descripción y de la “imagen”. Para Quiroga, la imagen en la que se debe poner toda la concentración es de un hombre quien está a punto de morir. El autor utiliza todas sus armas para trasladar al lector la sensación, la agitación de los últimos minutos en su vida. Todo lo exterior de esta escena se disminuye a favor del sufrimiento de este muerto. Y lo que Darío busca en la belleza, Quiroga lo expresa en brutalidad.

Esta estática que hace a los dos cuentos ser cuadros expresivos está apoyada por elementos gráficos para ayudar en pintar una imagen completa de la escena. Se nota en la obra de Darío el uso frecuente de adjetivos cualitativos que pintan el cuadro completo de la niña como “anémica, ojos de color de aceituna, rama de durazno en flor, luminosa, ojeras, melancólica, lánguida, seno henchido, … etc.”. En la obra de Quiroga es lo mismo con la descripción completa del estado del hombre muerto: tendido en la gramilla, acostado por el lado derecho, boca cerrada, rodillas dobladas, mano izquierda sobre el pecho, húmeda del sudor, machete dentro de su vientre, … etc.

Asimismo, se mencionan casi todos los colores de los objetos del cuento de Darío. Por eso, encontramos muchos colores como púrpura, azul, lirio, oro y castaño. En la obra de Quiroga no se mencionan mucho los colores porque no es necesario ya que se saben. La gramilla y los árboles son verdes, el machete es negro, el cielo es azul y la sangre es roja.

En la obra de Darío también se menciona muchos objetos que componen la escena y su estado. No se deja que el lector imagine lo que se encuentra en la escena; lo que se nota en expresiones como: átomos del sol como un enjambre de oro, zócalo de un fauno, cáliz de una flor, cincelado, húmedos de rocío, mármol, lirio, carro áureo, hilos diadema, perlas, varita de plata, gradas de jardín, sederías, parejas, avecitas, esbeltos, … etc. En la obra de Quiroga se hace lo mismo; lo que notamos en palabras como: machete, chircas y malvas silvestres, arbustos, alambre, suelo, … etc.

En los dos cuentos el momento es más importante que el tránsito de la acción. La captura de un momento es un aspecto fotográfico. Y lo que da a la fotografía y a la pintura su distinción de otras artes es esta fijación en el momento. El momento es importante por su belleza instante y por su correlación con la realidad; un componente distinguido en la obra modernista. 

Octubre 2017

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