Saturday, October 14, 2017

Lectura fantástica y lectura política de “segunda vez” de Julio Cortázar



“La segunda vez” es un cuento publicado dentro de la selección de cuento “Alguien que anda por ahí” en 1977 en México. El libro fue censurado en Argentina por el régimen aunque Cortázar lo ha escrito dos años antes de que las injusticias, torturas y desapariciones se convirtieron en una parte constante de la vida cotidiana argentina. Tanto en Francia como en América Latina se publicará inicialmente el texto en la prensa política.
El cuento narra, en una sopa de narradores, la historia de María Elena, quien ha recibido una convocatoria para irse a un trámite en un ministerio público. El cuento empieza con un narrador de “nosotros” que representa el sistema de la burocracia y quien habla sobre los esperados al trámite quien no saben que son esperados. Suavemente, el narrador se cambia a una tercera persona omnisciente que se identifica con el personaje principal: María Elena. Es un cuento redondo ya que la narración empieza y termina con el mismo narrador con unos cambios a lo largo del cuento.
Durante su esperanza para su torno, en la sala de espera sofocante y llena de fumo, María habla con los otros convocados. Conoce a Carlos quien explica que es su segunda convocatoria en tres días. María entra la habitación después de Carlos quien no ha salido. Esa desaparición de Carlos es lo que estimula las siguientes acciones. María Elena empieza a pensar a donde ha ido Carlos como la habitación tiene una sola puerta. La narración identifica a los personajes por sus nombres sólo a María Elena y Carlos mientras que el resto son ciudadanos anónimos en la sala de espera: el señor calvo, la señora anciana, el hombre del pelo colorado, el muchacho de la corbata verde.
El cuento tiene dos niveles de lectura (si no más): el nivel literario y el nivel político. Aunque el nivel político es discutido por muchos ya que el cuento fue prohibido por el régimen argentino en su primera publicación, sin embargo, cabe mencionar que lo político no hace al cuento a perder su sentido literario y que ese nivel no lleva alusiones dentro del cuento. El cuento puede leerse perfectamente sin tocar este lado político. En ése caso, la historia reflejará la realidad dura y la desaparición de Carlos se transformará a ser el hecho fantástico único en el relato. Con un ambiente de inquietud, esperanza aburrida y descomprensión, el cuento nos traslada una sensación clandestina y oscura pero real.
En otras palabras, la dimensión fantástica en el cuento puede leerse de dos perspectivas: si lo miramos dentro del cuento, la desaparición de Carlos es un hecho fantástico, ya que no hay explicación dentro del cuento por el que se entiende esa desaparición; pero por otro lado, y de otra perspectiva fuera del texto, si ponemos el cuento en el contexto político, su desaparición deja de ser un hecho fantástico y empieza a identificarse como hecho político que refiere a las desapariciones en Argentina en la época de setentas.
La descripción de la oficina es bastante clara y precisa:
“Dejó de escribir y echó una mirada alrededor, las otras mesas con los empleados trabajando o hablando entre ellos, las paredes sucias con carteles y fotos, las dos ventanas, la puerta por donde había entrado, la única puerta de la oficina.”
Por eso, la desaparición de Carlos no es aceptado según la geometría dada del lugar. La explicación que hace María al final, de que hay otra puerta, no puede considerarse válida porque es una adivinanza del personaje que no es apoyada por evidencias dentro del cuento.
El hecho de que Carlos es el único quien ha dicho que esa fue su “segunda vez”, y luego desparece con esta manera inexplicable pone una sensación de inquietud sobre el personaje de María Elena, pero es una inquietud no expresada. María va a tener otro trámite, por segunda vez, en tres días como Carlos. Pero ella no explica su desaparición como un hecho que le molesta, sino solo que le preocupe. Al final, cuando tiene su segunda convocatoria, ella espera a saber por dónde ha salido Carlos. Así, el acontecimiento no es introducido como provocador de angustia sino de curiosidad: ¿cómo puede desaparecer alguien sin dejar huella?
Pero al dar al cuento la interpretación política, la desaparición de Carlos en esta manera inexplicable lleva connotaciones con la inseguridad hacia los desparecidos en Argentina: ¿Dónde están? ¿Cómo desparecieron? ¿Cuándo?
La lectura fantástica del cuento nos pone ante un acontecimiento extraño e inquieto. El cuento según esta lectura va a tener dos realidades: una dura, agobiante y silenciosa; y otra fantástica. Pero siquiera la realidad dura tiene sus elementos que la asociarán con extrañeza. El espacio donde ocurre la historia es pesado y parece como una escena de una pesadilla. Hay siempre una confrontación entre lo dentro y lo fuera mientras que el pasillo es el la única conexión. La convocatoria, que es un papel amarilla con un sello verde, refleja una sensación de odio hacia la burocracia sofocante. El silencio mortal durante el trámite, la falta de comunicación y la vergüenza que da sus sombras sobre toda la acción son todos representantes significativos de la inquietud fantástica del relato.
El humo en el pasillo pequeño representa una niebla que dificulta ver la verdad de las cosas. Todos fuman, y el hecho de fumar es relacionado con la espera y con el aburrimiento. Pero el olor del humo y su efecto en crear una escena lúgubre kafkiana donde una niebla cubre la verdad. Clandestinidad y oscuridad. El humo da sobre todo una sensación de falta de visibilidad.
Otro elemento soportante de la lectura fantástica es el lenguaje y el estilo del cuento.  Pues la mezcla de narradores y el estilo indirecto hacen a la narración a ser libre. La acción no puede describirse como escasa aunque las reflexiones tienen más peso. Esas reflexiones personales de los personajes narradas a veces en tercera persona singular y otras en primera persona plural, pero nunca en primera persona singular, añaden a la extrañeza y lejanía del cuento.
Para concluir propongo esa pregunta: ¿Es considerable una sola lectura del cuento; o fantástica o política? Pues en mi opinión personal, creo que lo que hace a una pieza literaria a ser problemática su interpretación después de casi 40 años de publicarlo es lo que distingue a las obras de Cortázar: a ser fácil de leer, difícil de comprender.

2015

Bibliografía consultada (última fecha de consulta: 15/5/2015
* Hofmann La Torre , Gabriela y Hudde, Hinrich, El destino de los desaparecidos y lo kafkiano: La narración de Cortázar, Segunda vez y su repercusión en lectores alemanes.
Disponible aquí:

* Bernard Terramorsi, Acotaciones sobre lo fantástico y lo político: a propósito de “Segunda vez” de Julio Cortázar.
Disponible aquí:

* Twardy, Maria E., Alguien que anda por ahí: Julio Cortázar, literatura y exilio.
Disponible aquí:

Jaime Alazraki, Hacia Cortázar: aproximaciones a su obra
Disponible aquí:

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