Análisis del poema “Walking around” de Pablo Neruda

“Walking Around” es un poema dentro de la colección “Residencia en la Tierra II” de Pablo Neruda, publicada en el año 1935 en Madrid en una situación política y social problemáticas, justo antes la Guerra Civil Española cuando Neruda servía como el Cónsul chileno en España.  Además, este libro viene tras “La Primera Residencia”, años después de la residencia del poeta en Extremo Oriente, y por consecuencia es de tono absolutamente novedoso. Esta sincronización sirve como guía para poner el poemario en su contexto: es un poemario de un poeta quien es a punto de cambiar su cosmovisión; un poeta de una época que sufre de una crisis generalizada. Según la perspectiva del poeta de este período, el mundo no está bien construido, el ser humano es un fragmento insignificante de este mundo mosaico  y está condenado por su existencia insoportable. La vida ahora para el poeta ya no es un jardín llena de flores y  amores posibles; sino es una continua alienación y el hombre no tiene escape sino hundirse en la náusea y en un mar de angustias. Y eso es lo que refleja el poema del que voy a hablar que marca el fin de un período y el comienzo de otro. Empezando por el título mismo, escrito originalmente en inglés, el poema introduce a una voz poética que sufre de una indagación solitaria en la subjetividad y quien walking around, no encuentra a nada salvo a un mundo caracterizado por la nada, la fragilidad  y la insignificancia. El narrador, identificado con el poeta, pasea en ciudades deterioradas que le hacen ver la no importancia de sus esencias interiores y de su existencia en general. En este poema, Neruda ya está harto de ser un hombre porque se siente encarcelado en un callejón sin salida. Las ruinas de las ciudades en las que el poeta está paseando, le hace perder en la multitud anónima y así perder a su voz subjetiva al ponerse en contacto con la violencia de una vida vulgar, uniforme y hostil. El poeta muestra en aquí la pluralidad de lo real, convierte el caos en el desorden en un nuevo lenguaje poético que se revela como campo de fuerzas contradictorias. Es un poema que no se puede ver sola para entender sino que debe ponerse dentro de su marco histórico y debe ponerse en consideración el hecho de que fue escrita entre los 20s y los 30s; un período en el que Neruda era un representante de un movimiento internacional basado principalmente en nuevo entendimiento del mundo como un lugar pesado, cruel y lleno de desplaceres. Su lenguaje, como el mundo que muestra, es desarticulado: refleja una negación sombría y angustiada y un deseo hondo de desidentificarse y de dejar de ser una parte de él. La poesía ahora, y el arte en general, no buscan la pura belleza idealizada sino es una muestra de un mundo sombrío en el que el hombre está obligado a existir sin salida.

El poema, por otro lado, muestra muchas características representativas del período poemario y posee casi todos los atributos que caracterizan a la ruptura vanguardista a través de la ligación a la noción de crisis generalizada y el corte radical y total con el pasado poético y perspectivo. Neruda aquí acomete una revolución instrumental y mental e impugna la imagen tradicional del mundo. Contraviene la altivez teocéntrica y la vanidad antropocéntrica del humanismo idealista. Es un intento de acercarse a la poesía de la imagen. La modernidad del poema no está centrada, como los futuristas, en la admiración de la máquina y la obsesión por los novedades tecnológicas; sino más es una modernidad interiorizada. Es una modernidad que se busca en los sentimientos del hombre ante este mundo nuevo con sus reglas y leyes diferentes de las establecidas antes. El temor de la conciencia y la lucha contra la vida fraccionada. Es un poema que habla del tedio “sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver establecimientos no jardines, ni mercaderías, ni anteojos, no ascensores” y habla de la desorientación “como un cisne de fieltro navegando en un agua de origen y ceniza”.

“Es la visión alucinada de la destrucción, de la desintegración y de la forma perdida.” Aquí describe el crítico español Amado Alonso el poemario “Residencias en la Tierra”. Neruda aquí nos ofrece una reflexión sobre la totalidad de la vida y busca, obsesivamente, a lo largo del poema los estratos del ser y se esfuerza para encontrar una justificación de la existencia humana, pero su búsqueda va en vano; todo lo que encuentra es el desolador.

2015